Esta universidad portuguesa utiliza murciélagos para proteger los libros de su antigua biblioteca

Escrito el 01/02/2022
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Por alguna extraña razón, nos gusta asociar a los animales con las bibliotecas. Llamamos "ratones de biblioteca" a las personas a las que les gusta leer, y hay historias de perros, gatos, y hasta cuervos, que han vivido durante años en estos santuarios de los libros.

El más famoso es, seguramente, el Bibliotecario, un orangután de 2 metros de alto que gestionaba la imaginaria Biblioteca de la Universidad Invisible, en los libros de Mundodisco, del añorado Terry Pratchett. Solo sabía decir "Oook", pero todo el mundo le entendía.

En la Biblioteca Joanina, en la Universidad de Coímbra, no hay orangutanes. Pero sí docenas de murciélagos que, todas las noches de primavera y verano, protegen los libros devorando los insectos que anidan en la biblioteca.

Construida en el año 1717 por el rey Juan V el Magnánimo, la Biblioteca Joanina es uno de los máximos exponentes del barroco portugués, según explica la web Center of Portugal.

Alberga más de 80.000 libros de los siglos XVII y XVIII, atesorando ejemplares de extrema rareza, como una primera edición de los Lusíadas, una Biblia Hebrea publicada en la segunda mitad del siglo XV, de la que hay solo hay unas 20 copias en todo el mundo.

O la Biblia Latina de las 48 Líneas, llamada así por tener exactamente 48 líneas por página, impresa en 1462 por dos socios de Gutenberg, considerada la más bella de las primeras cuatro biblias impresas.

Desde hace dos siglos, los ujieres de la Biblioteca Joanina cumplen con un curioso ritual: cuando acaba la jornada laboral tapan las mesas y los libros más delicados con unas telas de cuero, para preservarlos del guano, y abren todas las ventanas.

A medianoche, docenas de murciélagos de oreja grande y murciélagos ratoneros entran en la biblioteca y devoran los cientos de mosquitos y otros insectos que han entrado en el recinto.

Nadie saber por qué lo hacen, ya que estos animales viven en cuevas y huyen de los humanos. Quizá la razón sea que la Biblioteca Joanina fue construida sobre unas mazmorras medievales, que aún se pueden visitar. Y dos de sus tres pisos están bajo tierra.

El caso es que los murciélagos limpian la biblioteca de insectos, ayudando a preservar los libros de la carcoma y otros bichos que los estropean.

Es una relación mutamente beneficiosa, que se ha mantenido durante dos siglos.

Como en una película clásica de terror, con las primeras luces de la mañana los murciélagos se marchan, dejando tras de sí una buena cantidad de guano, que los ujieres tendrán que limpiar.

Es el precio a pagar por preservar la salud de los valiosísimos libros de la Biblioteca Joanina, usando un método armonioso con la Naturaleza, que se ha mantenido durante casi dos siglos.

https://computerhoy.com/noticias/life/biblioteca-joanina-murcielagos-coimbra-1001469